martes, 1 de abril de 2014

El «LADRÓN» del puerto

Otra chuche en forma de moscoso

El ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, ha anunciado que devolverá el segundo de los tres días de libre disposición a los funcionarios suprimidos en 2012. Esta medida se hace pública en el comienzo de la precampaña de las elecciones europeas.
Se va acercando la nueva cita electoral y, de pronto, cae del cielo montoreño una medida innovadora, revolucionaria y visionaria: otro moscoso. Ya son dos en menos de un año. Debe de ser que las encuestas electorales realizadas entre los empleados públicos no arrojan un resultado feliz para el partido en el Gobierno y otro moscoso ayudaría, tras indigesta ración de peloteo, a mejorar esta perspectiva.

No acaban de conceder el maldito día y ya los intoxicadores gurús de la prensa -voceros del poder económico- airean a los cuatro vientos que los moscosos suponen, para el erario público,  un gasto de 519 millones de euros. De dónde han sacado este dato lo desconocemos. Nadie ha visto a legiones de parados haciendo cola para sustituirnos mientras disfrutamos de "tantos" moscosos, tampoco durante nuestras vacaciones, ni cuando padecemos una incapacidad temporal, al contrario, sí sufrimos la sobrecarga de trabajo ajeno durante esos días a la que hay que sumar la labor de quienes ya no volverán porque han salido pitando en cuanto han encontrado el menor resquicio para acceder a la jubilación, en muchos casos anticipadamente y perdiendo dinero.

Con estos "regalos" envenenados, que nos autofinanciamos, nos ponen a los pies de los caballos mediáticos para que de nuevo una parte de la sociedad nos vea como una casta privilegiada, cuando la realidad es que el Gobierno desprecia nuestra dignidad supliendo derechos por golosinas tóxicas y nos  trata de forma  degradante practicando un infantilismo  inmaduro y chusco.

Pues no, nada ha cambiado, ni se reconoce nuestro derecho a un salario digno, ni recuperamos la paga robada, ni el insulto que supone criminalizar la enfermedad, ni el derecho a una verdadera conciliación de la vida personal, laboral y familiar, ni la obligación, por parte del gobierno, de ofrecer un servicio público de calidad con unas plantillas suficientes, al contrario, fomenta la privatización que solo alimentan a  empresas intermediarias y que ya está demostrado que baja la calidad del servicio y supone un mayor gasto.

No, nada ha cambiado, la estafa sigue. Continuamos con cifras de desempleo inasumibles, con desahucios sangrantes, con unas pensiones en caída libre, con una peor sanidad y educación, sufriendo recortes inhumanos en la dependencia, en la ciencia......Sí, su bolsa sube, suprima se relaja, su marca España ya es un modelo a seguir por el inhumanismo globalizador de seis estrellas: paro, precariedad, pobreza, ausencia de derechos, desigualdad y falta de democracia. Todo un éxito para las élites pero que  no tengan la cara dura de invitarnos a dar palmas, su  mundo no es nuestro mundo, sus intereses son los contrarios a los de la inmensa mayoría, su democracia es nuestra dictadura.

Déjense en paz de chuches y centrémonos en los  derechos sociales y no en beneficiar a la casta. Sus cifras relucen a nuestra costa.


En nombre de MADRID INSS, CGT-CAT